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Shadow

Freddie Mercury, a 30 años de su muerte: ¿dónde están sus cenizas?

Lo sabe sólo una persona en el mundo. Versiones y conjeturas sobre el secreto mejor guardado de la estrella del rock.

Freddie Mercury y Mary Austin vivieron un amor excepcional. Nunca se casaron pero él la consideraba su esposa.

Era un miércoles. Más precisamente el miércoles 24 de noviembre de 1991. Todos sabían que el final estaba cerca. Él también. Freddie Mercury siempre supo todo. También qué quería que ocurriera con sus restos después de su muerte. Y así lo dejó claro en su último deseo.

Desde ese día hasta hoy pasaron treinta años pero la pregunta se repite, aún sin respuesta: ¿dónde están sus cenizas? El misterio persiste. Este es, tal vez, el secreto mejor guardado de la gran estrella del rock.

El show no pudo continuar
Lo sabía desde 1987, pero en tiempos de estigmatización, en los que «salir del clóset» era muy difícil, decir que tenía SIDA lo era todavía más.

Finalmente la noche del viernes 22 de noviembre de 1991, Freddie escribió una carta dirigida al mundo entero. A poco más de 24 horas antes de su muerte, anunció que estaba enfermo.

La tapa del diario The Sun del día que murió Freddy Mercury.

Hasta ese momento eran muy pocos los que lo sabían, y todos pertenecían a su círculo más íntimo. Entre ellos estaban Jim Hutton, su pareja, su gran amiga y exnovia Mary Austin y Jim Beach, el manager de la banda, así como los miembros del grupo.

En la tarde del 24 ya estaba muy débil. Desde hacía días sólo podía mantenerse vivo gracias a la morfina. Ya no podía hablar. Las convulsiones eran cada vez más intensas. Su médico lo acompañó hasta las 18.30.

Media hora más tarde, intentando cambiarse de ropa, se cayó hacia atrás y murió. El música Dave Clark, el único testigo de ese instante, recordó ver una maravillosa luz radiante en su rostro. Freddie Mercury tenía 45 años.

Sabía que el final se acercaba. La calidad de su vida había cambiado drásticamente y tenía más dolor cada día. Estaba perdiendo la vista. Su cuerpo se debilitó al sufrir ataques leves. Fue muy angustioso verlo deteriorarse de esta manera».
Mary Austin

Fugaz despedida
La ceremonia fue breve. Tres días después, en el West London Crematorium, la despedida final no se prolongó por más de 20 minutos. Dos sacerdotes indios de religión parsi fueron los encargados de oficiarla. Sobre el ataúd de roble claro había una única flor. Una rosa roja.

En la capilla se escucharon versiones de «You’ve got a friend», cantado por Aretha Franklin y de «Barcelona», interpretada por el mismo Mercury y la soprano Montserrat Caballé.

Una de sus últimas fotos, en el jardín de su casa.

Según la tradición, los parsis exponen los cadáveres al sol hasta que los buitres los devoran. Imposible en Inglaterra. Para los parsis británicos, a falta de aves rapaces, existe la liberación de la cremación.

Esa misma mañana, su cuerpo se transformó en cenizas. Así, como había dejado claramente expresado en su testamento, sus restos tenían que ser entregados a Mary Austin, quien había sido su pareja durante seis años hasta que él aceptó su homosexualidad. Y fue su gran compañera hasta su último momento.

Love of my life: la historia de Freddie & Mary
Mary Austin y Freddie se conocieron en 1969. Ella era empleada en Biba, una boutique top de la movida londinense. Fue amor a primera vista; un amor de esos que trascienden cuerpos, que superan el plano terrenal. Un amor más allá.

Vivieron juntos seis años, pero se separaron cuando él le confesó que era homosexual. Nunca se casaron, aunque siempre la consideró una esposa. Y mucho más.

«Para mí, fue un matrimonio. Creemos el uno en el otro. Todos mis amantes me han preguntado por qué no podrían reemplazar a Mary. Es porque es sencillamente imposible”, dijo sobre ella el músico.

Cuando se separaron él le compró una casa y se mudó a otra cercana; ella se convirtió en su asistente. Fue la musa y destinataria de una de sus canciones más hermosas: Love of my life. Él fue el padrino de su primer hijo y murió antes de que naciera el segundo.

Puedo tener todos los problemas del mundo, pero si tengo a Mary, sé que puedo atravesarlos”.
Freddie Mercury

Freddie la consideró su mujer hasta en su testamento: le dejó su mansión de Londres, la mitad de sus bienes y un porcentaje de los derechos de autor de la banda. Pero además la hizo depositaria de su mayor legado: la obligó a guardar el secreto de dónde reposaría tras su muerte.

¿Adónde están los restos de Freddie Mercury?
En nombre de ese amor tan eterno como infinito, Freddie le confió sólo a ella el cuidado de sus cenizas. Mary tomó con cuidado la urna de madera, la tuvo junto a ella durante dos años y finalmente, una mañana se escabulló y la dejó en el lugar en el que el cantante le dijo que lo haga. Hasta ahora, 3 décadas más tarde, su destino sigue siendo un secreto absoluto.

«Me lo dijo de repente, después de comer un domingo: ‘Sé dónde quiero que me pongas exactamente. Pero no quiero que lo sepa nadie porque no quiero que me desentierren‘. Esas fueron sus palabras. ‘Quiero descansar en paz’», contó emocionada Mary en el documental«Freddie Mercury, lo que nunca se contó», que fue realizado por Rudi Dolezaly Hannes Rossacher.

«Él temía ser desenterrado. Le preocupaba que sus restos fueran robados por algún fan de Queen y simplemente quería descansar en paz», detalló sobre el tema Peter Freestone, el asistente personal del músico durante sus últimos doce años, en una entrevista del 2013 con el Daily Mail.

Versiones y conjeturas
Desde el momento en que se conoció este detalle, fueron muchas las teorías que surgieron. Ninguna cierta hasta el momento.

En un principio, se dijo que Mary había esparcido las cenizas justo debajo del cerezo del jardín japonés de Garden Lodge, la casa que tenía Freddie en Kensington, uno de los barrios más exclusivos de Londres, y que ella había heredado.

Sin embargo, Jim Hutton, la última pareja del músico, reconoció que Mary jamás colocó ahí las restos. En su biografía «Mercury y yo», aseguró que él lo hubiera visto o se hubiera enterado de alguna manera

La estatua de Freddie Mercury que se encuentra en Montreaux generó una de las teorías. Foto: Web

Nick Holford, quien era el marido de Austin en aquel tiempo, se sumó a esta línea. Cuando le preguntaron, sostuvo que lo único que sabía a ciencia cierta era que los restos no estaban bajo ese árbol.

Otra de las hipótesis se vincula al lago Lemán, en Montreux, Suiza, donde actualmente hay una gran estatua de Freddie en una de sus clásicas e histriónicas poses.

Ocurre que ese es el lugar que le dio paz tras los turbulentos y agitados años de fiestas, excesos y escándalos.

Pero esta posibilidad también fue descartada. Rusi Dalal, miembro de la comunidad zoroastriana en Londres que organizó funerales parsi por más de 30 años, le aseguró al Daily Mail que la religión zoroastriana prohibe contaminar la naturaleza y, por por lo tanto, dejar cenizas en el agua.

Una versión aseguraba que las cenizas habían sido distribuidas por los jardines del cementerio en el que se realizó el funeral. Ocurre que en un momento allí apareció una extraña placa de bronce que decía en francés: «A la memoria de Farrokh Bulsara. Para estar siempre cerca de ti, con todo mi amor. M.»

Pero por la congestión ​de fans que generó, la placa tuvo que ser retirada. Y el mismo Peter Freestone desestimó que eso haya sido posible.

Las conjeturas se multiplicaron. Algunas aseguraban -y aún aseguran- que Freddie descansa en algún teatro londinense; otras hablan de un cementerio en India y de otro en Inglaterra, el de Brookwood, en Surrey.

Lo cierto es que, fiel a su promesa, Mary mantuvo la reserva. “Él quería que fuera un secreto y seguirá siéndolo”, sostuvo en una entrevista con el citado medio británico. Es lo poco que dijo sobre el tema en estos 30 años.

Fuente: Clarín